Que no han de cogernos robando sus peras,
 y su puta madre que aguante las velas,
 que mueran costaleros que quieran coger
 nuestros pies de madera
 que abrazan las brasas sin nadie que vea
 que el día está herido y la noche cojea
 y jalea, que les duele vernos recoger
 la alegría en puñados de a diez
 y con ella saciar el puchero
 que el ruido de tripas es un sonajero,
 y en cueros, se adormece como un churumbel
 el amor verdadero,
 que no le hace falta deshojar claveles,
 ni billetes gordos, ni lucir laureles,
 ¡que vuelen!, que nos dejen en paz recoger,
 la alegría en puñados de a diez.
---Que no queremos ser tanto. 
 Queremos vivir en nuestra tierra 
 agrietada de manantiales cristalino, 
 andar un poco más lejos que las fronteras 
 por la sublime añoranza del regreso. 
 Que no queremos ser tanto. 
 Queremos ser un poco de sol y un poco de noche, 
 queremos ser viento y calma, 
 tormenta, lluvia y olor de tierra mojada.
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