Tres puertas


Mas no morirán para siempre y, en su transformación de mañana

darán

con más calor

a la tierra,

de su muerte,

pasado mañana,

brotes de espeanza.



lunes, 19 de marzo de 2012

De pequeño quería ser escritor. Luego, llegó la adolescencia, me emborraché y me drogué se
me olvidó. En una borrachera conocí a NERUDA y recuperé la memoria. A través de él,
descubrí que la poesía era vida; vida condensada.
Desde entonces ha llovido mucho.NERUDA se come la existencia a cuatro bocas, siempre
lo ha hecho, y siempre ha sabido esperar, corregir, trabajar, esas imágenes, esas
sensaciones, para componer en las palabras justas el poso de esas vivencias.
Ha sentido, también desde siempre, la necesidad de salir a la calle a vocear sus poemas;
a mezclar las palabras con la música y la pintura. A mezclarse con los suyos,
esa fauna que poblamos los bares. Y es ahí, en sus actuaciones, donde mejor se capta
el sentido burlón, la ironía descarnada y el sesgo social que marca su obra. Sus fantasmas
y sus monstruos internos, también han quedado en el retrato, aunque con el
tiempo han ido pasando a un segundo plano. Las ganas de comunicar se han
impuesto a la necesidad de expresar.

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